HISTORIA DE ORIGEN
Durante un encuentro casual en Miami, Florida, Steven Bartell conoció a un maestro mezclador de Cuba, quien le regaló a Steven uno de sus puros. Pero este no era un cigarro cualquiera. Un verdadero puro, procedente de un solo campo, cultivado orgánicamente por generaciones de una misma familia y fabricado por artesanos cubanos. Fumaba limpio. Se podía saborear la tierra. Fue único y hermoso. El cigarro parecía atemporal. Steven se enamoró de ese cigarro y decidió crear una empresa para compartirlo. Y así nació Molon Labe. Desde el principio, Steven reconoció el extraordinario efecto nivelador de los puros. Ya sea que fumes entre amigos o extraños, las diferencias se desvanecen y la humilde energía de la conexión encuentra su camino. Esta experiencia de cigarro por excelencia está en el epicentro de Molon Labe, y todo lo que hacemos está envuelto en la intención de evangelizar el palo y llevar esta profunda experiencia a nuestros clientes.